El proyecto
Como cuidamos nuestra labor
Diseño y marcado de la plantación
Para la correcta planificación de la plantación, se han llevado a cabo el análisis de la orografía de la zona a plantar, y el estudio del diseño más apto de las hileras, con la finalidad de cumplir con la normativa de la Dirección General de Suelos, y de buscar el equilibrio entre aprovechamiento del agua y drenaje, sin olvidar los futuros costos operativos de recolección mecánica.
La operación ha sido llevada a cabo por un ingeniero agrimensor con el uso de una estación total, que permite parcelar el campo con tutores cada 35 metros, y marcar las líneas guías para las subsiguientes operaciones de laboreo del suelo.
Las líneas han sido diseñadas de forma homogénea, paralelas, con dirección Norte-Sur (340°-160°), sin tomar en cuenta las líneas de nivel del terreno, y privilegiando la organización de la plantación en consideración de la mecanización de las operaciones.
El diseño de plantación utilizado es Damero, o Marco Real, siendo la densidad de las plantas 7x5 - es decir 7 metros de trocha, o espacio entre filas y 5 metros entre plantas, con una densidad en la plantación de 286 plantas/ha.
Los tutores, de eucalipto blanco tratado, están enterrados unos 40 cm, dejando solo 1 metro del tutor al aire.
Preparación del suelo
En el marco general de la inversión, uno de los elementos más importantes es la correcta preparación del suelo, previa a la plantación.
La utilización de subsolado de profundidad (70-80 cm), con doble pincho (40 cm.) y doble pasada de excéntrica, con formación de camellones, representan técnicas normalmente recomendadas para preparación de suelos en la olivicultura de Europa, y si bien son utilizadas en Uruguay en el sector de la reforestación, sorprendentemente no son frecuentes en las plantaciones de olivos a pesar de su importancia.
Una labor cuidadosa y de profundidad del suelo favorece no solo el desarrollo del aparato radicular de las plantas, asegurándole estabilidad en su madurez, sino también el drenaje del exceso de agua, y asegura una reserva de humedad de profundidad en caso de temporadas secas prolongadas.
La formación de camellones evita que las raíces de las plantas jóvenes -más sensibles a exceso de humedad- queden en contacto con suelos en dicha condición, evitando con ello fenómenos de asfixia del aparato radicular, problemas en el correcto desarrollo de las plantas, y la aparición de patologías típicas del exceso de humedad.
Conservación de aguas y suelos
La marcación del terreno y la creación de dos tajamares por un total de 2.500 m3 para el riego del predio y para dirigir el flujo, disminuyen de manera considerable el porcentaje de agua retenida o no aprovechada por el terreno.